El modelo Atalanta y su fábrica de talentos

La victoria del equipo de Bérgamo por 4-1 al Valencia el pasado miércoles ha servido para que la fábula de uno de los equipos de provincias más famosos de Italia gane adeptos por toda Europa. Lograr anotar cuatro tantos en un octavo de final de Champions League mientras se muestra un comportamiento ofensivo con ritmo alto durante 90 minutos permite que los espectadores se diviertan mientras ganas ampliamente y eso, al final, hace que el aficionado neutral acabe por coger simpatía por los colores ‘nerazzurri’.

La Atalanta actual lleva siendo un fenómeno en Italia en los últimos tres-cuatro años. Desde que conquistó su clasificación a Europa League y ya tuvo contra las cuerdas al Dortmund se atisbaba un recorrido de crecimiento que les han llevado a un paso de colocarse entre los ocho mejores equipos del continente. Algo que se ha conseguido primero de todo con un gran planificación y después con un clima muy particular. En esta provincia de Lombardia no hay espacio ni para Inter, ni para Milan, ni por supuesto para la Juventus. El apego a la ‘squadra’ de la ciudad se palpa en cualquier negocio, tienda o colegio. Ser parte de la ‘Dea’ es un orgullo ante los gigantes que tiene alrededor y tanto se protege está cultura que hasta hay iniciativas para que a los recién nacidos con familia unida al club se les regale una camiseta. El amor a la diosa griega se palma desde los primeros días de vida.

Muchos llaman milagro a lo que han conseguido los dirigentes y en particular Antonio Percassi como presidente (de la provincia de Bérgamo). Sin embargo, estos emprendedores locales han ejecutado un plan empresarial a la perfección: empezando por un grupo de ojeados expertos que busca jóvenes que destacan por todo el mundo (De Roon, Gosens, Malinovski, Freuler…), los hacen crecer con un entrenador como Gasperini experto en moldear futbolistas con un modelo de fútbol que les exalta, se venden consiguiendo rentabilidad económica mientras se consiguen resultados aceptables que contagian a la afición, así se atraen sponsors, más dinero… y la rueda no para de girar. Desde 2016 este humilde equipo cierra con superávits importantes cada campaña, destacando en 2017 con 26,7 millones de euros en positivo. Estas cifras les han permitido mantener a jugadores importantes como el Papu Gómez y llevarse a hombres que no estaban en gran forma pero que gracias al ambiente y al estilo de fútbol mejoran su fútbol de forma exponencial: Ilicic (de la Fiorentina), Duvan Zapata (del Napoli), Muriel (del Sevilla)…

Para mostrar este engranaje perfecto basta poner algunos ejemplos. Frank Kessie produjo 17 millones de euros de plusvalía al venderlo al Milán, Bryan Cristante se vendió a la Roma por 21M€ cuando solo se pagaron 5M€ solo una temporada antes y el último caso más relevante: Dejan Kulusevski fue comprado de la cantera del Bromma por apenas 100 mil euros en 2016 y este enero se lo han vendido a la Juventus (mientras estaba cedido en el Parma) por 35 millones. Negocios redondos que también han permitido la renovación de un estadio vetusto como el Atleti Azzurri de Italia y que se espera que las obras puedan acabar en enero para que en la próxima Champions puedan jugar sus partidos en casa de verdad. Porque que nadie lo dude, aún va haber Atalanta en la élite para rato.