Un cerrojo roto en el Liverpool

El Liverpool no está firmando el inicio de temporada esperado ni soñado. La irregularidad se ha convertido en una preocupante rutina que no permite a los de Anfield pelear por los objetivos marcados en agosto y muchas son las preguntas sin resolver que laten a orillas del río Merseyside.

El combinado Red está dejando de lado uno de sus principales estandartes deportivos. Encajan goles, encajan en un elevado porcentaje de sus partidos. No sería un dato excesivamente preocupante si los goles a favor superan a los goles en contra, pero es cierto que encajar en prácticamente todos los encuentros hace que el objetivo de pelear cara a cara ante el resto de aspirantes se complique.

Da la sensación de que el Liverpool se siente ciertamente cómodo cuando debe arriesgar por un resultado adverso. Le pasó frente al Newcastle, le pasó frente al Brighton. Goles en contra que activan el 'modo remontada' y, entonces sí, reaccionan.

Pero el factor goles encajados es uno de los principales retos de Klopp en próximas semanas. El Liverpool encaja casi como rutina y lo preocupante de ese escenario es que no siempre llegarán los goles a favor, no siempre se materializarán las remontadas, no siempre tendrán una buena tarde para apagar los incendios y resolver los problemas.

Y ese debe ser el foco. El Liverpool tiene poder de reacción, sus victorias tienen cierto tinte épico, pero sólo es el resultado de un hándicap que se ha convertido en rutina a la hora de ver cómo los rivales, en un gran porcentaje de las ocasiones, consiguen batir al guardameta Red.

Es igual de importante tener a jugadores en forma como Firmino y Luis Díaz (a la espera de ver si Salah consigue activarse) como mantener las clean sheets activadas. Tanto en las islas británicas como en el Viejo Continente. Más todavía en Europa, puesto que los errores se pagan mucho más caro y las consecuencias son más a corto y medio plazo.

Jürgen Klopp tiene mucho trabajo por delante.