¿Cometió un error el Tottenham?
Hace unas semanas escribíamos en este mismo espacio sobre Harry Kane y su inicio de temporada. No quiero hacer hincapié de nuevo en ello, aunque sí usar el mismo contexto para analizar la decisión que se tomó hace unos meses en verano.
El delantero inglés decidió continuar en el Tottenham tras varios meses de informaciones y rumores en medios que señalaban hacia una hipotética salida y un silencio personal que no ayudaba a solucionar el escenario. Finalmente, su carta abierta, tras volver de vacaciones, cerraba el culebrón mediático, silenciaba todo aquello extra-deportivo y todo se centraba en lo puramente deportivo.
Daniel Levy se salía con la suya. El Tottenham mantenía a su jugador estandarte, su referente, uno de los grandes faros y focos mediáticos. El propietario sellaba un triunfo mercantil ante una llamada del siempre imponente dinero del Manchester City.
Pero ahora todo parece haberse tintado de gris. El blanco no reluce tanto y, pese a que todavía no se ha convertido en negro, las dudas sobre la figura de Harry Kane se han ido creando de forma preocupante.
Sus cifras goleadoras en Inglaterra están lejos de ser perfectas. La comparativa respecto a cursos deportivos deja en mal lugar su rendimiento actual.
Entonces, para no seguir haciendo hincapié en su rendimiento, ¿se equivocaron las partes en su no-salida? Todo apuntaba a su adiós. Todo apuntaba a que el Manchester City iba a tener sustituto de plenas garantías para Sergio Agüero. Pero no.
La postura de Levy fue intocable, indestructible, inamovible. Quería a Harry Kane esta temporada en las filas del Tottenham a toda costa. O el Manchester City llegaba con 150 millones de euros, o nada. Así de rotundo (según los medios) se mostró ante el interés real de los del Etihad Stadium. Pero ¿acertó o se equivocó?
En el momento, se celebró, se consideró una victoria Spur de resistencia pura. Pero la realidad era la que era. Harry Kane seguía, no se movía, pero le tocaba demostrar que seguía siendo uno de los delanteros más determinantes del mundo. Esa era la consecuencia que se activaba silenciosamente y que, ahora, está cogiendo peso.
Un gol en ocho partidos ligueros. Cifras muy alejadas de las expectativas, de las esperadas y que ya ha creado algún que otro debate sobre aquella decisión tomada en agosto. No porque fuera una mala decisión, sino por las consecuencias.
¿Quién no desea tener a Kane en su equipo? Pocos jugadores mejores que él dentro del área. Sin embargo, este mal inicio de temporada, si acaba convirtiéndose en la tónica del año, hará sin duda que su valor de mercado caiga. De forma objetiva, será imposible de hablar de los tan comentados 150 millones, será muy complicado recibir a equipos interesados con unas pretensiones tan altas. Ese es el problema.
El Tottenham convenció al jugador y salió victorioso, pero ¿qué pasaría ahora si Kane hace un mal curso? De hecho, muchos afirman que todo este bajón futbolístico puede ser consecuencia del estrés mental que tuvo. Incluso los más maléficos del Norte de Londres afirman que esta podría ser la carta personal del jugador de cara al próximo mercado.
Si no hay reacción, el valor de mercado bajará casi con total seguridad y la posición del club no podrá ser éticamente la misma. ¿Estará en su derecho Levy de mantener el mensaje? Evidentemente, sí, pero entonces, ahora sí, nadie llegará a esas cifras.
El Manchester City sí ofreció la estratosférica oferta por Kane, pero fue el Tottenham. Si el rendimiento baja, será difícil que vuelvan a la carga con tanto dinero. Todo apunta a que sí mantienen el interés, pero el precio a pagar se vería variado.
Por ello, por todo ello, el futuro de Kane, la decisión tomada en agosto y el curso deportivo del jugador siguen latiendo a nivel informativo en las islas británicas.