La decisión más comprometida de Pep Guardiola
El Manchester City perdió el pasado sábado en Wembley ante el Liverpool en la semifinal de la FA Cup y, así, puso fin a su andadura copera esta temporada. El conjunto de Klopp volvió a no perder esta temporada contra los Sky Blues (dos empates, una victoria) y disputará de forma directa la batalla por conseguir un nuevo título.
Una eliminación de los de Manchester que, además de mediática por lo que supone, ha dejado entre los grandes señalados a Pep Guardiola. Su figura ha quedado marcada por una alineación que ha sido tan comentada como criticada.
El Manchester City dejó en el banquillo al comienzo del encuentro a jugadores como Ederson, Gundogan, Kevin De Bruyne, Rúben Dias (venía tras lesión), Rodrigo o Mahrez, ofreciendo una sensación de que el partido no era de las dimensiones e importancia que se esperaba. Un XI con jugadores menos habituales, que no de baja calidad por el enorme potencial deportivo que tienen en sus filas, pero que sorprendió a conocidos y extraños. Y si una de esas novedades firma uno de los errores más clamorosos de las últimas semanas (Steffen en el 0-2 de Mané), el señalamiento público e informativo hacia la figura del técnico catalán se acentuó todavía más.
¿Preparó Guardiola el partido como menor, como si no fuera tan relevante? Las rotaciones son clave en los cursos deportivos del equipo desde hace años, pero en partidos importantes, menos aún en un choque ante el gran enemigo del momento, como es el Liverpool, y cuando te estás jugando volver a Wembley para jugar la final.
La alineación del Manchester City llegó en una semana en la que se hizo pública una entrevista de Pep Guardiola en Telemundo. En dicha conversación, el técnico de Sampedor confesaba que las peores derrotas no eran las goleadas, las aparentemente duras, sino aquellas en las que su papel como técnico se presentaba como la clave del resultado adverso.
Justo eso parece haber pasado en la derrota de los de Manchester ante el Liverpool. Por ello, seguramente, el 2-3 vivido en Londres este pasado fin de semana pueda ser un quebradero de cabeza que dure varios días en la cabeza del catalán porque, reiteramos, aquella alineación no fue del todo esperada y la decisión fue puramente técnica.