¿Le falta motivación a este Chelsea?

El Chelsea de Frank Lampard sigue inmerso en una montaña rusa de emociones, sensaciones y resultados que han dejado de lado sus aspiraciones de poder ganar el título liguero en Inglaterra. Eso, y que el Liverpool parece estar jugando en otra liga, en otro torneo donde el monopolio es total y absoluto. Alcanzar a los de Klopp ahora mismo es para el 99% de sus perseguidores una quimera, y entre ellos, claro está, el Chelsea.

Pese a ello, pese a que ahora mismo el conjunto londinense no aspira a ser campeón, es cierto que está viviendo una dinámica cuanto menos curiosa. Una bipolaridad constante, preocupante, que ha generado un escenario en el que sufre una metamorfosis. 

Este Chelsea ha dejado claro que es capaz de ganar a rivales de la categoría de Tottenham y Arsenal a domicilio, en grandes escenarios como el Tottenham Hotspur Stadium o el Emirates Stadium. Rivales complicados, potentes, que se escenificaron en grandes escenarios y donde los Blues consiguieron ganar con versiones muy notables, competitivas. Algo parecido en Champions ante rivales como Ajax (ganando en Amsterdam) o Valencia (empatando a domicilio en Mestalla). Sin embargo, luego, ante rivales inferiores, de menor nivel, jugando en casa, han sufrido tropiezos inesperados, sorprendentes.

El factor local, jugar en casa, disputar partidos en Stamford Bridge, no está saliendo como se preveía. O al menos como se esperaba. Da la sensación que sienten presión cuando deben jugar ante sus aficionados, cuando deben ser los anfitriones y no los invitados, cuando deben dar la cara ante los suyos. 

La bipolaridad deportiva de este Chelsea. Es cierto que la exigencia desde el pasado verano era diferente a la de años anteriores por la sanción impuesta sin poder fichar. A partir de ahora, con la reducción de la misma, se abre otro horizonte, otro escenario, pero su buen inicio de temporada mejoró muy mucho las expectativas y, por ello, los análisis deportivos han tenido diferentes puntos de vista. Uno de ellos, acentuado en cada gran cita de los londinenses.

Lo que era una simple curiosidad se ha convertido en rutina. Una preocupante rutina que se aleja de cualquier lógica esperada o entendible. Rinden en partidos exigentes, en grandes encuentros, en exámenes cuya dificultad es muy alta, pero ven cómo los puntos se alejan cuando la lógica llama a la victoria. 

¿Habría optado al título el Chelsea si rindiera siempre con en las grandes citas?