¿Por qué ha bajado tanto el Liverpool?
El Liverpool está mostrando una cara deportiva muy diferente a lo que ha acostumbrado en los últimos años. De ser campeón de Europa, de ser subcampeón con registros históricos, de ser campeón 30 años después en Inglaterra y de ser considerado uno de los clubes del mundo, a encadenar una racha de resultados negativos que le han convertido en un equipo fuera de la pelea por el título.
El cambio es importante. El estado de forma de los de Jurgen Klopp desde que inició 2021 ha trastocado todos los planes Reds y el objetivo de aspirar a reeditar el campeonato está descartado al cien por cien. Ahora, evidentemente, las críticas son mayores, las polémicas empiezan a ser rutina en la zona Red del Merseyside y el desprestigio sobre ellos comienza a ganar terreno.
¿Han bajado su nivel? Evidentemente, sí. ¿Están en una buena dinámica? Evidentemente, no. Pero los extremos siempre son malos y en esta época de polos, de posicionamientos bipolares, todo funciona de una forma automática en las que o eres bueno, o eres malo. O ganas, o pierdes. O triunfas, o fracasos. Tan injusto como poco ético. Negar la evidencia sería un error, pero esta situación tiene tantos matices que deben ser destacados que, creo, es necesario hacerlo.
Claro que han bajado su nivel. Claro que ha cambiado todo en Anfield. Claro que este Liverpool está a años luz de su mejor nivel. Pero esto no ocurre de la nada, por arte de magia, como si fuera un capricho del destino.
La temporada de los Reds está condicionada de forma muy directa a las bajas. La lista de lesiones (algunas de ellas claves, muy importantes) es larga y es la clave de que el rendimiento haya bajado. Cuando pierdes a tu mejor defensa (seguramente, el mejor del mundo) y la dinámica de bajas es constantes, es muy complicado a la hora de ser competitivo, de mantener el nivel. Y, ojo, todo esto en términos ligueros, porque en Europa han conseguido mantener el nivel.
El tema está en que el ruido del éxito y el fracaso nunca es el mismo. El Liverpool ha firmado 2 años de oro, de brillo absoluto y total, han sido el mejor equipo del mundo, y ahora, casi de repente, parece que no sirven para nada, que son el peor equipo del mundo, que todo es polémica, que ni siquiera van a entrar en Champions League. Ni una cosa, ni otra. Seamos justos. Han marcado una época, nos han hecho disfrutar de forma majestuosa, y ahora hay que contextualizar todo.
Primero, porque todo lo que sube, baja. ¿Está rindiendo muy bien el Manchester City? Por supuesto, pero hace un año fue barrido por el Liverpool. Ni antes eran peores, ni ahora son mejores. En ambos casos. Es la realidad.
Segundo, porque el número de lesiones han echado por tierra cualquier plan. En defensa, en el centro del campo, en la delantera. Las bajas han lastrado toda la temporada y ha sido el gran peso al que ha tenido que hacer frente Jurgen Klopp.
Tercero, no llueve tanto como dicen. Es cierto que el 2021 que están teniendo no es positivo, pero el objetivo de entrar en Champions League es muy serio, está al alcance y convierte su temporada en algo que todavía sigue valiendo, latiendo.
Cuarto, el Manchester City está barriendo. ¿Quién planta cara al equipo de Guardiola en Inglaterra? Nadie. Absolutamente nadie. ¿Por qué debería ser culpa de los Reds?
Claro que el bajón existe, pero no es consecuencia de malas decisiones, de errores o de una mala preparación. Al menos en términos generales. Es la realidad. No van a ganar la Premier League, pero el contexto no ha ayudado, el escenario no ha sido tan perfecto como años anteriores y, pese a ello, siguen teniendo una de las mejores plantillas en las islas británicas.