¿Quién ganará esta Premier tan maravillosa?
La Premier League lleva varios años de consolidación total y absoluta. Siempre ha tenido apoyos y críticas. Siempre ha habido aficionados acérrimos, románticos y fieles, pero también críticos, contrarios y postulados en contra de su supuesta sobrevaloración. Sin embargo, su evolución reciente le ha permitido convencer al cien por cien a sus más cercanos fans y acabar enamorando a aquellos y aquellas que miraban con recelo lo que ocurría allí por las islas británicas.
La mejor liga del mundo por razones como su competitividad. El potencial de sus clubes y sus encuentros semanalmente han permitido crear un aura de atención e interés universal, enorme, estratosférico y cualquier término cuyo significado tenga que ver con una excelencia de altos vuelos.
Es la realidad. Ya no por sus partidos, su ambiente, el potencial de sus plantillas, los entrenadores de primer nivel que se encuentran y por muchos detalles más. La competitividad de los equipos presentes ha creado un escenario de emoción como hace años que se sentía en el torneo británico.
Ahora mismo son hasta tres los equipos que batallan deportivamente de tú a tú por ganar el campeonato. El Chelsea de Thomas Tüchel, el Liverpool de Jurgen Klopp y el Manchester City de Pep Guardiola. Tres equipos que son temidos por un enorme porcentaje del fútbol británico, que se han convertido en tres de los proyectos más sólidos e importantes del fútbol europeo y que son candidatos serios a todos los torneos que disputan.
Hace unos años parecía cosa de uno. No por su variedad (ya que siempre iban alternándose los nombres), sino por la contundencia de los campeones. No ganaban el campeonato, sino que arrasaban, dictaminaban sentencia de forma casi autoritaria.
Luego se vivió una rivalidad espectacular entre Manchester City y Liverpool que obligó a los de Guardiola a hacer nada más y nada menos que 98 puntos en la campaña 2018-19 para ser campeón. Una obligación nacida de la presión del Liverpool, ya que los Reds sellaron la escandalosa cifra de 97. Por raro y surrealista que pareciera, es cierto. El Liverpool no ganó la liga aquel año pese a firmar 97 puntos. ¿Cuántas ligas hubiera ganado en una situación normal? Pues aquel año no.
Pero la realidad actual ha dado un paso adelante. El Chelsea firmó un mercado de fichajes estratosférico hace año y medio. Un verano que no le permitió plantar cara en Inglaterra, pero sí para ser campeón de Europa el curso pasado. Este año, evidentemente, tras conseguir la Champions League y la UEFA Supercup, el éxito debía orientarse hacia lo local, lo doméstico y lo británico. Por ello, los londinenses están confirmado las expectativas.
¿El resultado? Una liga espectacular en la que tres megaplantillas de referencia mundial están planteando una batalla semanal de altos vuelos. Pero, ¿quién ganará? ¿Qué equipo conseguirá alzar el título a final de temporada?
La incógnita ya se analizó y valoró en este espacio allá por agosto, justo antes de comenzar la temporada. Y lo cierto es que ha variado poco mi opinión: el Chelsea es mi favorito.
Antes de que echara a rodar esta apasionante campaña valoraba el hecho de que el Chelsea debía dar un salto adelante en Inglaterra tras conquistar Europa. Tras ganar en casas ajenas, tocaba marcar territorio en el vecindario próximo. Algo así como lo que precisamente vivió y sintió el Liverpool.
Y han pasado ya meses, ha pasado el suficientemente tiempo como para analizar la situación desde todos los puntos de vista necesarios.
El Chelsea está opositando seriamente, como se esperaba y podía intuirse. Sin dejar de lado su reconquista continental, está plantando cara en grandes citas, firmando porterías a cero casi como rutina y llevándose un enorme porcentaje de miradas y focos. ¿Candidato claro? Por supuesto. ¿Único? Me temo que no. Y me temo que no porque sería una locura dejar de lado a Manchester City y Liverpool.
La distancia entre los tres es mínima y sus tropiezos se cuentan con los dedos de una mano. Este elevadísimo nivel de rendimiento provoca a su vez un desmedido nivel de exigencia. Ya no se trata de ganar y obtener los tres puntos, sino que automáticamente las miradas irán hacia los estadios en los cuales disputen sus respectivos partidos los rivales.
Es un torneo maravilloso. Hace mucho tiempo que no se vivía un campeonato tan atractivo e interesante tanto para conocidos como extraños. Los amantes eternos del romántico fútbol inglés están excelsos, emocionalmente orgullosos de ver el extraordinario nivel de esa liga que tanto defendían. Los contrarios ahora reconvertidos han sucumbido ante lo que se vive en este campeonato.
No sería una locura expresar como seria la candidatura del Chelsea. Actual campeón de Europa por partida doble, opositor serio a coronarse campeón del mundo y habiendo firmado un más que importante inicio liguero.
Pero, ¿nos olvidamos del Manchester City? ¿Nos olvidamos del Liverpool?
Los tres conjuntos tienen cosas en común. Evidentemente, tienen plantillas magníficas. Evidentemente, tienen una tasa de victorias altísimas que les convierten en favoritos en prácticamente todos los encuentros que disputan. Y, evidentemente, van a ser candidatos al título hasta el tramo final de temporada.