Iñaki Aval nos recomienda un pronóstico para la clasificación para el Mundial.
Llegados a la penúltima jornada clasificatoria para el Mundial de Catar 2022, las selecciones sudamericanas, como de costumbre, tendrán mucho en juego hasta el final. Una de las involucradas es la Colombia que empezó siendo dirigida por Carlos Queiroz –actual técnico de Egipto– y que ahora entrena un Reinaldo Rueda que comenzó el clasificatorio al frente de Chile. No son buenos tiempos para el cuadro cafetero, que por plantilla partía como una de las 3-4 favoritas y que, sin embargo, es séptima en este momento – las cuatro primeras obtienen billete directo y la quinta disputará la repesca intercontinental frente a la quinta mejor clasificada de Asia–. Por tanto, la única esperanza de Colombia pasa por ganar sus dos partidos y esperar que Uruguay, Perú y Chile sumen los menos puntos posibles.
Enfrente, Bolivia llega sin prácticamente opciones ya de clasificarse. Un combinado que, por la altitud respecto al mar (3.625 m en La Paz, su capital) condiciona mucho los partidos que juega como local. Siempre es complicado adaptarse físicamente a dichas condiciones y, además, hay otros factores clave como la trayectoria de la pelota que influyen en el devenir de sus partidos. Es de ese modo como se explica que la selección de César Farías haya sumado 13/24 en casa y tan solo 2/24 fuera de sus fronteras nacionales. Esto es algo que sucede a nivel histórico y, viendo lo que hay en juego, Colombia queda claramente como favorita para llevarse un partido que se disputará en Barranquilla, ciudad costera sin altitud respecto al mar.
En cuanto al estilo, Bolivia es un equipo basado en mantener unido un bloque con línea de tres centrales, mientras que Colombia se ha vuelto excesivamente pragmática desde el cambio de entrenador. Un 4-4-2 o 4-2-3-1 casi inamovible, que rara vez se estira para presionar y que, en los últimos siete partidos, no ha marcado ni un solo gol. Todo apunta a que, salvo que Bolivia se ponga por delante y la necesidad impere, será un partido cerrado. Y en caso de que Colombia se ponga por delante, los precedentes indican que, seguramente, priorice gestionar la ventaja en lugar de incrementarla.