Iñaki Aval nos recomienda un pronóstico para la clasificación para el Mundial.
Que Australia esté disputando el clasificatorio mundialista asiático, sorprenderá enormemente a los conocedores de la geografía terrestre. Porque, efectivamente, se localiza dentro del continente oceánico, pero desde 2006 pertenece a la Confederación Asiática de Fútbol (AFC) y no a la Confederación Oceánica de Fútbol (OFC). A juzgar por los resultados, esta fue una decisión de lo más sensata, dado que ha encontrado la mayor competitividad que ansiaba con este cambio y no se ha perdido ninguna fase final de un Mundial desde que lucha por uno de los 4´5 cupos que tiene Asia, en lugar del medio cupo que posee Oceanía –el vencedor del clasificatorio continental disputa la repesca intercontinental–. Lejos quedan ya los tiempos donde Australia protagonizaba goleadas históricas en la OFC, donde destaca el 31-0 frente a Samoa Americana en 2001.
En esta ocasión, los “Socceroos” buscarán su sexta estancia entre las 32 finalistas del Mundial, después de haber sido los terceros clasificados en un grupo donde Japón y Arabia Saudí han obtenido el billete directo a Catar. En la misma tesitura está su rival, unos Emiratos Árabes Unidos que sueñan con disputar su segunda fase de grupos mundialista (tras Italia 1990) y que vienen de demostrar su progresión, habiendo alcanzado las semifinales de la última Copa Asiática (2019) y viniendo de ganar su último partido oficial frente a una Corea del Sur que, probablemente, sea el mejor ataque del continente. Se espera un duelo con mucho temor viendo la falta de osadía y creatividad que han mostrado ambas recientemente. Es una final –a partido único–, con todo lo que ello implica, incluyendo la neutralidad de una sede que también acogerá enfrentamientos mundialistas, como es Rayan (Catar).