Inaki Avial nos recomienda un pronóstico para la clasificación para el Mundial.
“Todo el mundo tiene problemas y, al final, el fútbol termina siendo el psicólogo más barato”. Esta ilustre frase de Diego Forlán refleja bien lo que será el último duelo europeo con un billete en juego para el Mundial. Una repesca programada para el mes de marzo –al igual que el resto–, pero que se tuvo que posponer a causa del conflicto bélico con Rusia. Es evidente que ahora el fútbol ha pasado a un segundo plano para el pueblo ucraniano, pero, aun con sus actuales circunstancias, han demostrado que esto ha unido todavía más a un país necesitado de alegrías. La pasada semana ya conquistaron Hampden Park, venciendo (1-3) en condición de visitante a Escocia.
En la previa, la frase más repetida es “el partido de nuestras vidas”. Porque para llegar hasta aquí, los pupilos de Oleksandr Petrakov han tenido que luchar mucho en todos los sentidos; no solo por llevar un centenar de días en guerra, sino porque sumaba un total de 197 sin jugar un partido oficial, su liga local está parada desde el comienzo del conflicto –con el hándicap competitivo que esto implica para más de la mitad de su convocatoria– y viniendo de entrenar el último mes en Liubliana (Eslovenia) en condición de exiliados. Eran demasiadas las preocupaciones para la selección de Ucrania, pero los jugadores demostraron una capacidad de superación tremenda en el primero de sus dos escollos británicos para estar en Catar 2022.
En lo futbolístico, si nada de esto hubiese pasado, por plantilla es probable que Ucrania partiese como favorito frente a Galés. Especialmente, por los jugadores de buen pie que aglutinan en mediocampo, de la mano de los Zinchenko, Malinovskyi, Shaparenko o Stepanenko. El artillero del Benfica, Roman Yaremchuk, fue otro que demostró llegar a tono en el partido contra Escocia, marcando uno de los goles y siendo clave para activar al resto con su habilidad jugando de espaldas. Y atrás, tanto el joven Illya Zabarnyi, como Mykola Matviyenko, se mostraron especialmente fiables en el centro de la zaga. El único que no estuvo a la altura de la cita fue su guardameta Georgiy Bushchan, al que pudo pasarle factura la falta de continuidad. Esta Ucrania es una selección compensada y competitiva, tal y como demostró alcanzando los cuartos de final de la Eurocopa celebrada en 2021, pero si algo quedó claro en esa misma cita es que Gales, pese a ser más dependiente de un fútbol de transiciones y pese no tener tantos jugadores de renombre, estos (Bale y Ramsey, especialmente) sacan su mejor versión cada vez que se duda del cuadro dirigido por Rob Page.