Iñaki Aval nos recomienda un pronóstico para la Supercopa de Francia.
Se viven tiempos de cambios en el PSG, ya sin Pochettino en el banquillo, pero con la dupla que protagonizó la hazaña de arrebatarle una liga al cuadro capitalino: con un Luis Campos que está fichando desde la dirección deportiva jugadores con gran techo en lo que a proyección y adaptación se refiere, en lugar de estrellas ya consagradas; y con un Galtier que está aplicando su método como estratega, pero con matices. Porque si bien el marsellés era conocido por su 4-4-2 inamovible, priorizando repliegue y contragolpe a un fútbol más propositivo, ahora parece que puede funcionar esa mezcla entre su rigor táctico clásico, un juego más protagonista –propio de rival a batir al que le ceden la iniciativa– y un 3-4-3 como primer sistema empleado para tratar de potenciar a unos laterales de corte ofensivo como Achraf y Nuno Mendes, sin renunciar al tridente más temido del fútbol mundial.
El Nantes, por su parte, se presenta de forma inesperada en esta supercopa, viniendo de ganar una Coupe de France que se le resistía desde el año 2000 y rompiendo así una sequía de títulos durante dos décadas que sorprende viendo el palmarés de un equipo que tiene ocho ligas en sus vitrinas. Esta 22/23 jugará una fase de grupos europea por primera vez desde que disputase la de Champions League 2001, coincidiendo con Boavista, Bayern y Manchester United. Pese a tratarse, por ello, de un claro caso de temporada ilusionante, los pupilos de Antoine Kombouaré vienen de perder a una de sus estrellas en el frente de ataque como es Kolo Mouani, una de esas piezas muy dañinas para un estilo de contragolpe como el que se espera este domingo y como ya se vio en el 3-1 favorable con el que se saldó su último cara a cara.