Desde la pausa internacional de noviembre, tanto Benín como Zimbabue han ganado solo un partido, siendo este último el que logró romper la mala racha. La incógnita es si alguno se atreverá a arriesgar para quedarse con los tres puntos.
El conjunto beninés acumula ocho partidos sin conocer la victoria, aunque la mitad terminaron en empate. No cuenta con grandes figuras en Europa, pero sí con algunos veteranos destacados. Entre ellos, Steve Mounié, extremo del Augsburgo, con 63 partidos y 20 goles en su haber, y el central David Kiki del FCSB rumano, que ha disputado 54 encuentros internacionales. Ambos jugadores ya han superado los 30 años. En el último amistoso frente a Marruecos (0-1), solo Mounié estuvo presente.
Ambos equipos tienen la mira puesta en la segunda plaza del grupo, ya que Sudáfrica se ha escapado con cinco puntos de ventaja. Benín está justo detrás, y Zimbabue, sin victorias en el grupo y con apenas cuatro puntos, tiene aún menos opciones reales. En julio, consiguió una victoria ante Mozambique (3-1) en la Copa COSAFA, pero ese fue su único partido con más de un gol anotado desde octubre. El resto de encuentros se saldaron con empates o derrotas.
Con tan baja producción ofensiva, es difícil confiar en Zimbabue incluso para un empate. Benín llega con la motivación de consolidarse como segundo del grupo, y eso solo será posible con una victoria.