Corea del Sur llega invicta a esta fase del torneo, y el enfrentamiento ante Irak puede sellar su pase definitivo al Mundial. Incluso con una plantilla alternativa, los asiáticos parten como claros favoritos ante un rival que, pese a sus limitaciones, aún conserva opciones reales de clasificación.
Gracias a un grupo relativamente accesible, Irak se mantiene entre los tres primeros de su zona. Sin embargo, su rendimiento reciente dejó muchas dudas: empató con Kuwait (2-2) y cayó ante Palestina (1-2), lo que provocó un cambio de entrenador. Ahora, con Graham Arnold (exseleccionador de Australia) al mando, la selección busca reordenar. El problema está en la diferencia de nivel: el valor de mercado de su plantilla es diez veces menor que la de Corea del Sur, lo que marca una clara desventaja estructural.
Después de un decepcionante rendimiento en la Copa Asiática y tensiones internas, Corea del Sur ha resurgido con fuerza. Suma 12 partidos consecutivos sin perder y ha liderado su grupo con autoridad. Aunque en los últimos encuentros utilizó alineaciones experimentales (empates 1-1 ante Palestina, Omán y Jordania), su capacidad ofensiva sigue destacando: 14 goles a favor, la mejor cifra del Grupo B. En defensa también se muestra sólida, con solo 7 goles encajados, igualando a Irak y Jordania.
Desde noviembre de 2021, estos equipos se han enfrentado tres veces y todas fueron victorias para Corea del Sur. A pesar de jugar en Basora, Irak no ha mostrado argumentos suficientes para cambiar esa tendencia. Los surcoreanos son superiores en calidad, experiencia y solidez táctica.