Qarabag prácticamente selló su pase a la siguiente ronda tras imponerse con claridad por 3-0 en Irlanda. El duelo de vuelta en Bakú parece un trámite en cuanto al resultado global, pero plantea interrogantes tácticos: ¿cómo se comportará Shelbourne en un partido donde no tiene nada que perder?
El equipo de Gurban Gurbanov llega en buena forma. Aunque dejó dudas en algunos amistosos y en la Copa, ha sido sólido en el resto de competiciones. Cuenta con una base estable de jugadores, incluidos Leandro Andrade y OleksiyKashchuk. En situaciones como esta, Qarabag suele optar por un enfoque más conservador, sin buscar goleadas innecesarias cuando la eliminatoria ya está encarrilada.
Los dirigidos por Joey O’Brien no estuvieron a la altura en la ida, pero su producción ofensiva reciente es destacable: 10 goles en sus últimos seis partidos, con una media de 1,67 tantos por encuentro. La baja de su portero titular Conor Kearns reduce su solidez defensiva, pero el objetivo será al menos marcar un gol de honor. El equipo irlandés saldrá sin presión, lo que puede beneficiar su rendimiento.
Con la eliminatoria decidida, es probable que Qarabag baje el ritmo y controle el juego sin asumir riesgos. Shelbourne, liberado de presión, buscará atacar más, lo que puede llevar a un partido abierto. Aunque los locales sean favoritos, todo indica que la derrota del conjunto visitante no será abultada.