Emiratos Árabes Unidos llega a este duelo directo con la obligación de ganar: está cuatro puntos por debajo de Uzbekistán y necesita recortar esa distancia para soñar con avanzar directamente a la siguiente fase. La selección dirigida por Paulo Bento intentará controlar el juego en casa, pero ese dominio territorial puede abrir espacios para las transiciones rápidas del equipo visitante.
El conjunto emiratí venía en buena dinámica tras golear a Kirguistán (3-0) y Qatar (5-0), lo que le colocó entre los tres primeros del grupo. Sin embargo, la derrota en Teherán ante Irán (0-2) dejó claro que aún le falta solidez frente a selecciones potentes. En ese partido, encajaron un xGA de 1,51 y recibieron 8 tiros a puerta, mostrando vulnerabilidad incluso con un sistema defensivo cerrado (5-4-1). Además, en casa solo ha ganado 2 de sus últimos 8 partidos oficiales en el último año.
Uzbekistán, a pesar de caer ante Qatar (2-3) en noviembre, está haciendo una gran fase de clasificación. En marzo venció por la mínima a Kirguistán (1-0) y después logró un meritorio empate en Irán (2-2), donde solo un doblete de Taremi evitó la victoria uzbeka. El equipo dirigido por Timur Kapadze (cuenta con un tridente muy sólido: Shomurodov, Fayzullaev y Khusanov, que están liderando el proyecto con autoridad.
En el partido de ida, Uzbekistán se impuso por 1-0 tras una expulsión que condicionó a los Emiratos. Ese día, Shukurov marcó el único gol desde el punto de penalti. En Abu Dabi, los uzbekos volverán a tener espacio para castigar los errores del rival. Por solidez táctica, nivel individual y momentum, son favoritos para puntuar o incluso ganar.